Los desmayos o sincopes pueden ocurrir por diversas causas como baja presión, hipoglucemia, anemia, entre otras. Antes de la pérdida de conocimiento pueden presentarse síntomas como mareos, taquicardia, sudoración, visión borrosa. Si alguno de ellos ocurre, la persona puede tumbarse en el suelo para evitar lesiones. Una vez recostado, elevar las piernas es una buena medida para favorecer el flujo sanguíneo.
Es muy probable que en algún momento de la vida te llegue a pasar y, porque no, socorrer a alguien que sufre un desmayo. Por ello, es tan importante conocer cuáles podrían ser las posibles causas de los desmayos y cómo actuar en consecuencia.
Los bajones bruscos de presión arterial (hipotensión) son una de las causas más frecuentes de desmayo. Pueden deberse a problemas cardiacos, de tiroides, embarazo, deshidratación, anemia, situación de miedo, estrés o impacto, anafilaxis o consumo de algunos fármacos. La presión baja puede causar mareo, debilidad y desmayo con el riesgo potencial de lesionarse al caer. En casos extremos los niveles muy bajos de presión arterial pueden conducir a daños cardiacos y cerebrales.
Cuando se pasan largos períodos de tiempo sin comer, se deja de comer azúcar de un día para otro, porque se comienza una dieta, o se padece diabetes, puede producirse una baja en los niveles de azúcar en la sangre (hipoglucemia). Esto puede causar temblores, dolor de cabeza, debilidad, sudoración, mareos y desmayo.
Las personas que padecen anemia tienen menor cantidad de glóbulos rojos, lo cual disminuye la cantidad de oxígeno que recibe el cerebro y ello favorece los desmayos. Las personas con anemia ferropénica (deficiencia de hierro por no consumir alimentos que contengan el mineral regularmente o por incapacidad para absorberlo, por ejemplo que son algunas de las causas), son las más vulnerables a padecer síncopes.
Algunos problemas cardíacos, latidos cardíacos irregulares u obstrucciones en el corazón o en las proximidades del mismo, pueden impedir que la sangre llegue al cerebro y causar desmayos, especialmente al realizar esfuerzos físicos o ejercicio intenso.
Los trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia que se caracterizan por conductas desordenadas en la alimentación, exceso de ejercicio, el consumo de laxantes y diuréticos así como el forzar el vómito, pueden ser causantes de deshidratación, hipotensión e hipoglucemia.
En ponerse de pie de golpe, puede causar cambios en el flujo de sangre, conducir a una pérdida del equilibrio y posterior desmayo.
La hiperventilación ocurre cuando alguien respira muy rápido, lo cual causa una baja de dióxido de carbono en la sangre. Un individuo puede hiperventilarse cuando atraviesa una situación de estrés, de ansiedad, de miedo o de estado de shock o traumático.