Un adecuado estado nutricional y una alimentación saludable es importante en todas las etapas de la vida. Sin embargo, durante el embarazo y lactancia es esencial. Las necesidades de nutrientes durante esta etapa están aumentadas y tanto los excesos como deficiencias pueden tener un impacto en el estado nutricional de la madre y por ende en el bebé.
Diversos estudios demuestran la correlación que existe entre el consumo de nutrientes y su impacto en la salud materno-fetal. Un ejemplo de ello es como la deficiencia de ácido fólico está relacionada con malformaciones cardíacas, defectos del tubo neural y paladar hendido.
Por otro lado, podemos citar la correlación que existe entre el consumo de nutrientes y su contenido en la leche materna, como es el caso de la ingesta de ácidos grasos esenciales como el omega-3 en la dieta de la madre y de cómo se encuentra relacionado con el contenido de los mismos en la leche materna, siendo estos muy importantes en el desarrollo visual y cognitivo infantil.
Es por ello que, a continuación se presentan recomendaciones generales sobre nutrición durante estas importantes etapas de la vida.
EMBARAZO
Al inicio del embarazo las necesidades de energía no son muy diferentes a las de una mujer no embarazada, sin embargo, en el 2do trimestre se recomienda un aumento de la ingesta de calorías como de nutrientes.
Carbohidratos: 4-5 porciones al día, principalmente integrales
Lácteos: 3 porciones al día
Proteínas: de 1 a 2 porciones de carne o lácteos adicional a la que se ingiere regularmente.
Grasas: grasas insaturadas altas en omega-3 como pescado.
Vitaminas y minerales: algunos son fundamentales para el desarrollo adecuado del feto (hierro, calcio, zinc, yodo, selenio, ácido fólico, vitaminas A, E, C, D, B12 y piridoxina) sin embargo no se recomienda suplementación si los niveles de la madre son adecuados. Si no sabes si tus niveles son adecuados, opta por prenatales recomendadas por tu ginecólogo.
LACTANCIA
Los requerimientos en la madre lactante son más elevados que en gestación, y es muy común que no se alcancen estos mismos debido a la reducción de la ingesta de alimentos para promover la pérdida de peso postparto.
La dieta de una madre lactante debe de incluir alimentos de todos los grupos, lácteos, cereales. Frutas y verduras, carnes y huevos y sobre todo limitar el consumo de grasas saturadas y azúcares sencillos. No se deben restringir alimentos al menos que el lactante presente condiciones especiales como alergias e intolerancias.
Se recomienda ingerir de 2-3 litros diarios para asegurar la producción de leche. (No está comprobado que el consumo de más de esta cantidad aumente la secreción láctea).