Tener un buen estado físico significa poder realizar actividad física, sentir energía y tener fuerza para sentirse mejor. Un buen nivel físico permite que una persona goce de mejor salud que el resto de personas más sedentarias, y reduce el riesgo de sufrir enfermedades determinadas.

Tener un buen estado de salud no quiere decir que una persona deba ser “deportista”, pues éstos gozan de un alto nivel de desarrollo físico, pero que no necesariamente es el estándar que se busca en general. Una persona que acostumbre a realizar caminatas rápidas, perfectamente puede desarrollar un buen nivel físico. Hay que tener en cuenta que hacer pequeños cambios en el estilo de vida, puede traer grandes beneficios para quienes busquen un mejor estado físico.

Beneficios de un buen estado físico

Principalmente se puede decir que poseer un buen estado físico contribuye a cada persona en una sensación de bienestar generalizada, una que se asocia con tener más energía, poder realizar más actividades, estar de buen ánimo y también gozar del deseo de hacer más cosas en un día.

Una persona que se mantiene activa, quema más calorías que una que lleva una vida sedentaria, incluso en los momentos en que no se está haciendo nada. Otro de los puntos interesantes, es que al disponer de un buen estado físico, esa persona es apta para hacer ejercicios de intensidad sin la necesidad de esforzarse tanto como una que no está bien acondicionada.

Quien posea un buen estado físico cuida su corazón, pulmones, huesos y articulaciones, así como también se protege frente a enfermedades como la diabetes, presión arterial alta, entre otras. Un buen estado físico no es la solución a todos los problemas asociados a la salud, pero sí contribuye a aminorar cualquier posibilidad de contraer algunos de ellos.

Qué tipo de actividad física se debe hacer para tener un buen estado físico

Quienes busquen tener un buen estado físico, deberán optar por lo siguiente:

• Actividades aeróbicas moderadas de 2 horas y 30 minutos por semana como mínimo. Este tiempo puede parcializarse para hacer actividades físicas todos los días, tres veces a la semana o dos veces a la semana. Dependiendo de la disponibilidad de tiempo de cada persona, se pueden hacer caminatas de 45, 22 ó 15 minutos diarios.
• Realizar actividades de esfuerzo, por ejemplo correr. Lo mínimo que se debería practicar por semana es 75 minutos de actividad, los cuales pueden ser distribuidos por días para conseguir el tiempo propuesto a la semana.

Uno de los métodos que permite saber qué nivel de actividad física se requiere para alcanzar un buen estado físico, es calcular cuál es la frecuencia cardiaca ideal, pues si se llega a hacer un ejercicio manteniendo ese nivel de latidos cardiacos, el cuerpo optimiza el esfuerzo y se obtienen mejores resultados. Hay que recordar que para quienes deseen bajar de peso o acondicionar su cuerpo, no sirve de nada el “sobre esfuerzo”, sino más bien medir “qué esfuerzo es el que se acomoda mejor a los objetivos propuestos”. Para medir el nivel ideal de frecuencia cardiaca hay calculadoras online gratuitas que lo hacen.

Un consejo curioso es que, cuando se está haciendo ejercicio a un nivel adecuado, se puede hablar, mas no cantar. Pruébelo, es entretenido y ¡Funciona!

Consejos para buscar la actividad física perfecta

Algunos de los consejos que se pueden entregar a quienes deseen saber qué actividad es la que más les acomoda, consiste en:

• Tratar de caminar con amigos, intentando transformar determinadas rutinas en momentos para compartir, intercambiar opiniones y pasear.
• Programar una hora determinada para la práctica de ejercicios sin que nadie moleste o interrumpa la misma, de esa forma sólo se concentrará en los ejercicios que se ha propuesto.
• Buscar una actividad compartida con otras personas conocidas, de modo que haya un mayor compromiso por realizarla a diario
• Inscribirse en un club de salud, para así incentivarse viendo al resto como comparte la misma actividad y objetivos.
• Buscar una rutina que pueda intercalarse con otra, para evitar que ésta se vuelva monótona y termine por aburrir.
• Fijarse metas pequeñas, donde se pueda comparar con qué tipo de ejercicio se obtuvieron mejores resultados.

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