Últimamente se habla mucho sobre los superalimentos, sus grandes beneficios y la importancia de darles un lugar privilegiado en tu dieta. Pero poco se escucha respecto a una bebida de la cual no puedes prescindir, el líquido vital para la supervivencia humana: el agua.
Seguramente ya sabes que tu cuerpo está conformado en un 70 % por agua y que ella se encarga de transportar hormonas, nutrientes, proteínas entre otras sustancias también necesarias para el buen funcionamiento del organismo.
Ahora, ¿qué pasa cuando no puedes tomar ni un sorbo?, ¿cuando de solo pensar en su sabor sientes una sensación de rechazo? Pues bien, existen distintas maneras de "transformar" el agua en una bebida más agradable para el paladar de aquellos que no son exactamente sus fans.
1. Elige agua de buena calidad
Si sientes que el agua que estás tomando te desagrada, averigua su origen. A veces suelen agregarse ciertos químicos al agua como el fluoruro y el cloro que afectan su sabor. Estas sustancias añadidas pueden impactar además negativamente en tu salud.
Por esta razón es muy importante que verifiques la procedencia del agua que ingieres para asegurarte de que la fuente no esté contaminada sino que sea filtrada y mineral. Verás de esta forma que el mero hecho de tomar agua limpia, purificada y lo más natural posible ya cambia su sabor y para bien.
2. Agrégale fruta
Esta opción es un clásico porque obtienes un agua saborizada de acuerdo con tus preferencias y en muy pocos minutos. Escoge dos o tres frutas de estación, córtalas en gajos si son grandes o colócalas enteras si su tamaño lo permite. Los cítricos, las frutas con carozo y los frutos rojos son nuestros favoritos porque le aportan una acidez moderada y un dulzor maravilloso sin agregar ni una pizca de azúcar.
3. Añádele burbujas
Las burbujas pueden ser la alternativa ideal si te parece que al agua le falta un poco de cuerpo. Si bien existen máquinas para generar burbujas en el agua en tu propio hogar, no tienes por qué invertir tanto dinero. Consigue una soda y agrega un poco de su líquido burbujeante a tu agua.
Solo verifica que la soda sea de buena calidad y que no contenga saborizantes ni colorantes que no contribuyen en absoluto con tu salud.
4. Agrégale hierbas
Revitaliza cualquier agua añadiendo algunas de tus especias y hierbas favoritas. Puedes por ejemplo incorporar un trocito de canela en rama o una pizca de su versión en polvo. También podrías agregar un puñadito de lavanda, romero, jengibre, perejil o albahaca.
De esta forma, no sólo obtendrás un agua saborizada deliciosa sino que también te verás beneficiado por todas las propiedades de cada una de estas hierbas y especias.
5. El té de hierbas también es una excelente alternativa
Si eres fan de los tés, ¿por qué no probarlos fríos? Este tipo de tés son una alternativa fantástica a tener en cuenta ya que al tomarlos, estarás incorporando todas las bondades de las hierbas sin el aditivo de la cafeína de los tés comunes.
¡También puedes agregarlos a tus smoothies!
6. Los vegetales y las frutas también hidratan
Las verduras y las frutas son una fuente magnífica de agua por lo tanto, incorporarlos a tu dieta, puede ser otra forma de consumir agua a diario. Algunos de los que más contienen agua son el tomate, la lechuga, el apio, las zanahorias, la espinaca, los melones, el brócoli, la batata dulce, el zucchini y pepino.
7. Prueba con aceites esenciales comestibles
Si no tienes mucho tiempo y se terminaron las frutas y verduras de tu casa, prueba incorporar un aceite esencial al agua. Revisa con atención que sea de grado alimenticio y luego disfruta de su sabor y los beneficios para la salud. El de mandarina es nuestro favorito.
8. Coloca el agua en recipientes originales
¡Beber agua no tiene por qué ser aburrido! Cambia el recipiente en que la sirves habitualmente y colócala en uno sofisticado y glamoroso. Verás que te dan más ganas de tomarla sin que te des cuenta.
Muchas personas en la actualidad pasan sus días deshidratados y ni siquiera lo saben. Recién toman un sorbo de agua cuando sus cuerpos les piden a gritos un vaso repleto. En muchos de estos casos, las personas sienten un rechazo por el sabor del agua.
Y es cierto, muchas aguas tienen un gusto particular. Pero ahora con estos consejos, ya no tienes excusa.
Recuerda que el agua debe ser de la mejor calidad posible y que existen distintas formas de incorporarla a la dieta diaria. Así podrás tomar una bebida afín a tu paladar sin perder las numerosas bondades que tiene para ofrecer.
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