El ser humano desde el inicio de la historia, ha sobrevivido a traumas y condiciones que pueden provocarle lesiones. Nuestra anatomía y estructura biomecánica aunque sumamente compleja no posee una gran resistencia en comparación a otras especies y con el paso del tiempo cuando la edad va en aumento especialmente después de los 50 años, su arquitectura ósea decae y nos predispone a sufrir fracturas por mecanismos de baja energía que en pacientes jóvenes no producirían lesión, debido a lo cual se ha acuñado el término “Fracturas por fragilidad”.
La Osteoporosis es la causa más frecuente de fragilidad ósea, a nivel mundial las pirámides poblacionales se están invirtiendo y esto implica un aumento en el número de personas mayores de 50 años. La Asociación Internacional contra la Osteoporosis reporta que cada segundo, tres personas sufren una fractura por fragilidad y después de los 50 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres sufrirán una fractura por fragilidad en algún momento de su vida, es por ello de vital importancia realizar una intervención preventiva para disminuir este grave problema de salud pública en todo el mundo.
El riesgo de sufrir una fractura por fragilidad en mujeres es mucho más alto que el riesgo de sufrir cáncer de mama.
La prevención primaria es posible conociendo la situación actual antes descrita y así disminuir el riesgo de la primera fractura por fragilidad, la cual usualmente se presenta en radio distal, tobillo o vertebras en personas en la quinta y sexta década de la vida.
La prevención secundaria puede también aplicarse, identificando y tratando a los pacientes con fracturas por fragilidad agudas y brindando el tratamiento necesario y oportuno para evitar una segunda fractura, la cual en algunos casos puede llegar a ser mortal, como una fractura de cadera, en la séptima y octava década de la vida.
Cuando nuestro paciente visita los servicios médicos y se le diagnostica una fractura de radio distal y cumple condiciones para ser considerada una fractura por fragilidad, debemos realizar nuestra intervención. Los ortopedistas en todo el mundo son la primera línea de apoyo para identificar la osteoporosis y romper el ciclo de las fracturas por fragilidad.
La prevención consiste en medidas simples pero que pueden salvar muchas vidas, tales como cambios en los hábitos de la dieta, establecer rutinas de ejercicios diarios para mejorar resistencia muscular, resistencia ósea y equilibrio, además de cambios en el ambiente del paciente para evitar el riesgo de caídas.
Con respecto a los medicamentos, la Asociación Internacional de Geriatría luego del análisis de múltiples artículos y documentos han concluido que el uso de Vitamina D puede disminuir el riesgo de caídas y mejorar la condición Neuromuscular debido a lo cual es una herramienta sumamente importante en nuestra terapéutica y de acuerdo al grado de la enfermedad osteoporótica, también brindamos al paciente medicamentos que evitan la resorción ósea y en algunos casos medicamentos que nos ayudan en la formación ósea.
Casi la mitad de los pacientes con fractura de cadera ofrecen la oportunidad indiscutible de una intervención preventiva.
La oportunidad de prevención se presenta todos los días, consulta a tu médico.