La fibromialgia se conceptualiza como un síndrome doloroso crónico con manifestación en el sistema musculoesquelético y que se caracteriza por:
En la práctica de la medicina general, el diagnóstico de fibromialgia se hace en los pacientes con dolor crónico generalizado y múltiples puntos musculares sensibles a la palpación, o que tienen síntomas asociados como la fatiga, el sueño no reparador o la disfunción cognitiva (o una combinación de ellos). Muchos pacientes tienen ambas manifestaciones: los puntos sensibles y los síntomas asociados.
Diversas series internacionales proponen que la fibromialgia afecta del 0.5 al 5.8% de la población mundial y que las mujeres son el grupo más afectado (relación hombre: mujer es de 1:9). Las edades de mayor impacto se encuentran en un rango entre 25 y 50 años.
¿Quién sufre la fibromialgia?
La primera estimación de la prevalencia de la fibromialgia en la población fue del 2%, basada en los criterios consensuados para la clasificación de la fibromialgia publicados por el American College of Reumatology (ACR) en 1990.
¿Qué causa la fibromialgia?
No se sabe a ciencia cierta qué es lo que causa la fibromialgia. Los pacientes no presentan anormalidades estructurales o funcionales características en el tejido muscular, pero el procesamiento del dolor en el sistema nervioso central es disfuncional.
Una revisión reciente concluyó que, como mecanismo fundamental en el desarrollo del dolor crónico de las enfermedades reumáticas, lo que incluye a la fibromialgia, describió la amplificación de las señales aferentes del dolor en la médula espinal, aunque sin restringirlo solamente a ella. Los factores psicológicos y sociales pueden contribuir con este mecanismo de amplificación central, y las poblaciones estudiadas han mostrado una asociación de tales factores con la iniciación y la persistencia de la fibromialgia.
Sin embargo, no en todas las personas los mismos niveles de estrés se asociaron con el desarrollo de la fibromialgia lo que hace sospechar que ciertas personas tienen un componente genético asociado.
También se comprobó que las vías de inhibición del dolor no funcionan eficazmente en el grupo de fibromialgia. Se ha argumentado que esta inhibición deficiente surge del desequilibrio en la médula espinal entre los neurotransmisores excitativos (como el glutamato, el aspartato, la sustancia P) y los inhibitorios (serotonina, noradrenalina [norepinefrina]), ácido γ-aminobutírico).
Se ha informado que las muestras de líquido cefalorraquídeo de los pacientes con fibromialgia contienen concentraciones más elevadas de sustancia P y niveles más bajos de metabolitos de la serotonina, la noradrenalina y la dopamina que las muestras de los controles sanos. En los estudios para el tratamiento de la fibromialgia se han probado muchos fármacos con efectos sobre los neurotransmisores.
Los estudios por imágenes de resonancia magnética funcional de pacientes con fibromialgia han mostrado áreas de señalización en las zonas del cerebro relacionadas con el procesamiento del dolor y las emociones, como la amígdala, el tálamo y la ínsula.
¿Por qué y cómo se hace el diagnóstico de fibromialgia?
El diagnóstico de fibromialgia se hace puramente sobre una base clínica.
No hay análisis de sangre o técnicas de imagen que sean son útiles para el diagnóstico de fibromialgia. Comúnmente, las concentraciones de proteína C reactiva y la velocidad de eritrosedimentación no están elevadas (a diferencia de las artritis inflamatorias), y las radiografías articulares suelen ser normales (a diferencia de la artrosis).
El diagnóstico de fibromialgia se hace puramente sobre una base clínica. Algunos médicos prueban la sensibilidad en los 18 sitios especificados en los criterios ACR 1990. Esto es rápido y fácil de hacer y proporciona al paciente una prueba objetiva de que el diagnóstico es válido. Sin embargo, el 25% de los pacientes con diagnóstico de fibromialgia no tiene los 11 puntos musculares sensibles requeridos. El cuestionario de 31 puntos desarrollado según los criterios ACR 2010 no son de uso rutinario, aunque es útil preguntar a los pacientes si su sueño es reparador o sienten cansancio, o tienen dificultad para pensar y recordar claramente. En los pacientes con dolor generalizado crónico, esos síntomas indican fuertemente la presencia de fibromialgia.
La fibromialgia no es un diagnóstico de exclusión y puede presentarse junto con otras enfermedades.
¿Cuáles son los fármacos para el tratamiento de la fibromialgia?
Los medicamentos para la fibromialgia incluyen los analgésicos, los opioides y los antidepresivos. Algunos medicamentos como la pregabalina, la gabapentina y los inhibidores de la recaptación de serotonina y adrenalina (por ej., el milnacipran y la duloxetina) alteran los niveles o la función de los neurotransmisores.
Una combinación de fluoxetina y amitriptilina era más eficaz que cualquiera de los dos agentes de forma aislada, o placebo (39). Los expertos en fibromialgia han encontrado que los inhibidores de la recaptación de serotonina, y en particular aquellos que poseen un componente noradrenérgico (venlafaxina, nefazodona, bupropion) parecen ser más eficaces en aplicación a la fibromialgia. Estas sustancias parecen mejorar la fatiga, que sigue siendo el síntoma más difícil de tratar farmacológicamente. Por último, los agentes antiepilépticos tales como la gabapentina, topiramato, pregabalina pueden reducir el dolor en la fibromialgia, aunque esta afirmación no cuenta con apoyos de ensayos clínicos publicados, sí existen varios estudios doble ciego en marcha.
Las benzodiacepinas tradicionales tales como el clonazepam, a menudo son eficaces en el síndrome de pierna inquieta o por periodos de tiempo limitados para ayudar a dormir. Los agentes hipnóticos con propiedades sedantes y de acción corta de reciente aparición en el mercado, como el zolpidem y el zaleplon, son particularmente útiles en casos resistentes de insomnio, a condición de que no sean utilizados de forma continuada, con el fin de evitar fenómenos de tolerancia.
Los antidepresivos sedantes tales como los fármacos tricíclicos frecuentemente son de gran utilidad, comenzando con dosis muy bajas tales como media pastilla de 10 mg de amitriptilina, nortriptilina o doxepina.
La ciclobenzaprina, aunque comercializada como relajante muscular, posee la estructura química de un agente tricíclico y debería evitarse durante el día, debido a que conlleva un empeoramiento de la disfunción cognitiva y fatiga. El carisoprodol es un relajante muscular de uso frecuente. La tizanidina, un relajante muscular con efectos sedantes y analgésicos, resulta útil en algunos pacientes. La trazodona, un antidepresivo con mecanismo de acción mixta, es otro sedante útil, empleado de forma empírica en la fibromialgia.
¿Cuál es el papel de los tratamientos no farmacológicos?
Los tratamientos no farmacológicos pueden ser físicos o psicológicos (incluyendo la educación). La fisioterapia incluye el ejercicio activo y las maniobras pasivas (manipulación de las articulaciones y masajes).
El ejercicio en la fibromialgia regular (al menos 20 min/día, 2-3 veces/semana, durante al menos 2,5 semanas) mejora el bienestar, la capacidad aeróbica, la sensibilidad y el dolor.
Tratamientos psicológicos
Además del ejercicio, las guías para la fibromialgia recomiendan la educación y el tratamiento psicológico y conductual. La educación por lo general explica la naturaleza de la condición y la teoría acerca del mecanismo del dolor que interviene en la fibromialgia.