La hora de comida debería ser un tiempo de compartir en familia y favorecer el aprendizaje de buenos hábitos, no una batalla que generalmente termina con los cuidadores cediendo o con un niño frustrado.
Nos referimos a niños pequeños o “toddlers” a la etapa de crecimiento entre los 12 y 36 meses de edad. En esta etapa es esperado que los niños manifiesten sus gustos y su necesidad de independencia como parte normal del desarrollo de su autonomía. Es normal que se presenten cambios en su apetito ya que su ritmo de crecimiento es menos drástico que durante el primer año de vida. Esto también se vera reflejado en la cantidad de comida que comen en un día u otro, pero por lo general se obtienen cantidades adecuadas para sus necesidades calóricas.
Entonces, ¿Cómo podemos asegurar que el tiempo de comida sea feliz y proteger su crecimiento?
Te presentamos unas recomendaciones básicas:
- No forzar al niño pequeño a comer, o usar amenazas (ni recompensas). No contribuye a la formación de hábitos saludables a largo plazo. Es importante tomar en cuenta una sola “regla”: el cuidador decide qué, cuándo y dónde come el niño, y dejar que el niño decida cuando está satisfecho. Para esto, es necesario siempre presentar alimentos de cada grupo del plato saludable, y tratar de incluir los que les gustan la mayor parte del tiempo.
- Es usual que incluso hasta la etapa preescolar los niños tengan poca aceptación hacia los alimentos nuevos y por lo mismo se deben ofrecer muchas veces para que los prueben y acepten como parte de su dieta habitual. A los niños les gusta explorar su comida, y esto en ocasiones puede ser desordenado, pero dejarlos comer solos favorecerá la aceptación de nuevos y variados alimentos.
- Limitar la cantidad de azúcar añadida y alimentos procesados con poco valor nutricional. Niños menores de 2 años no deben consumir jugos de frutas que pueden parecer sanos, pero carecen de la fibra que aporta la fruta entera y están cargados de azúcar. Se recomienda no dar más de 4 onzas (120 ml) al día para niños hasta los 6 años.
- La imitación es parte del aprendizaje, por lo tanto, el ejemplo de los cuidadores y hacer la mayor parte de los tiempos de comida en familia es el mejor enfoque. Esto incluye evitar tener disponibles en casa los alimentos altos en grasas, azúcar y sodio. También puede ser necesario orientar a los demás familiares o colaboradores que influyen en la dieta del niño, sobre las decisiones nutricionales que se están aplicando en casa.
- Mantenerse firme en las opciones saludables que se ofrecen dentro de la dieta familiar usual, y no reaccionar ante berrinches o quejas. No tener como opción cocinar otra comida, sino mantener la calma y ofrecer nuevamente al momento de tener hambre.
Debemos reforzar la importancia de apoyarse en el médico pediatra de la familia si se presentan más dudas. En las consultas de rutina para control de crecimiento y desarrollo también se puede obtener más información sobre porciones adecuadas a la edad, cambios a la dieta por condiciones especiales de enfermedad, además de verificar una ganancia de peso y talla adecuados.
Si deseas más información, realiza tu cita con el pediatra llamando al 1747.