Artículo escrito por las nutricionistas de Hospitales La Paz:
Licda. Cristina Nárez Garrido y Licda. Noemí García
Los hábitos de alimentación de las mujeres en edad reproductiva, son determinantes para la preparación del embarazo; ya que factores como el peso relacionado con la altura juegan un papel importante en la salud de la madre y él bebé.
Estudios han demostrado que mujeres con un peso inferior al estándar tienen mayor probabilidad de tener un bebe pequeño, y la mujer con sobrepeso tienen riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo.
En una revisión realizada en el año 2016 por la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética sobre la nutrición en el periodo preconcepcional y los resultados del embarazo. Mostro que los nutrientes como el ácido fólico, yodo, zinc, hierro y ácidos grasos omega 3 están implicados en la fertilidad, un adecuado desarrollo y éxito de los resultados del embarazo. Para ello la ingesta de dichos nutrientes debe comenzar antes de la concepción para asegurar su efecto beneficioso.
Por ello la alimentación de la mujer debe ser equilibrada, que contenga carne, pescado, frutas, verduras y lácteos; además de disminuir lo más posible el consumo de cafeína, azúcar, dulces y frituras.
Y se recomienda consultar con un nutricionista colegiado sobre una dieta saludable y completa previo a la concepción.
Durante el embarazo
En el periodo gestacional existen muchos cambios metabólicos para garantizar el adecuado crecimiento y desarrollo del nuevo ser, los cuales se inician a percibir en el primer trimestre de embarazo. Los antojos o aversiones hacia algunos alimentos son algunos de ellos, incluso se puede experimentar, estreñimiento, gases y acidez gástrica.
Si bien es cierto los ayunos prolongados o las dietas muy bajas en calorías deben evitarse, ya que podría comprometer el crecimiento adecuado del bebé, el mito de “comer por dos” no es una práctica adecuada ya que el aumento de peso acelerado durante el embarazo aumenta el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, hipertensión, prolongar el trabajo de parto o dificultad para la reducción del peso postparto.
Durante el embarazo se requiere una alimentación variada y balanceada idealmente debe contener lácteos pasteurizados, carnes (pollo, carne, pescados de agua profunda o azules), cereales con moderación y de preferencia integrales como elote, papas con cáscara, arroz integral, pan integra, etc., frutas y verduras de temporada que son abundantes en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, además del consumo moderado de grasas buenas como aguacate, aceite de oliva, semillas.
En este periodo se debe evitar: alimentos procesados, que contengan grandes cantidades de azúcar, sal y grasas, tabaco, alcohol, cafeína, alimentos altos en mercurio como camarón, concha, abulón, almeja, cangrejo, además no se recomienda el uso de infusiones del calvo durante el trabajo de parto.
Tener precaución con el consumo de alimentos crudos o mal cocinados como pollo, carne, pescado o huevos, alimentos de dudosa higiene, evitar lácteos que no estén pasteurizados, así como los alimentos germinados crudos.
En relación a la actividad física el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología recomienda a la embarazada acumular 30 minutos o más de actividad física de intensidad moderada gran parte de la semana o todos los días, siempre y cuando no existan complicaciones médicas ni obstétricas. Si se tiene sobrepeso u obesidad, la actividad física reduce el riesgo de preeclampsia, de dolor pélvico y lumbar, incrementa el bienestar y controla la ganancia excesiva de peso gestacional.
Alimentación de la madre durante la lactancia materna:
Una adecuada alimentación durante el periodo de la lactancia contribuye a garantizar la calidad de la misma y propicia la pérdida de peso ganado durante el embarazo, de forma sana y paulatinamente.
La hidratación es necesaria y se puede obtener mediante el consumo de refrescos naturales bajos en azúcar.
Respecto al régimen de alimentación debe contener frutas, verduras, fuentes de proteína como lácteos, huevos, pollo, carne o pescado de aguas profundas o azules; limitando el consumo de cereales con poca o nula cantidad de fibra; las grasas deben ser de fuentes saludables como aceite, aguacate y semillas, se debe cuidad la cantidad de consumo de azúcar.
Se desaconseja el consumo de comida chatarra, alimentos fritos, empacados o altamente procesados, ya que suelen tener gran cantidad de azúcar, grasas no saludables y sal.
Debe evitarse el café, el tabaco y el alcohol, este último NO mejora la producción de leche, por el contrario, modifica el sabor y disminuye la ingesta por parte del lactante, además de comprometer el desarrollo del bebe.
Es necesario mantener la actividad física, esto no modifica la cantidad ni la calidad de la leche materna; consumir suplementos vitamínicos o complementos nutricionales solamente es recomendado por un nutricionista o médico.
Por ello la salud de la madre y del bebe dependerán de la adecuada alimentación que se tenga antes, durante y después del embarazo.
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